Santo del día 24 de febrero: San Sergio de Cesarea

By cristiano antonino On 24 de febrero de 2023

El exmagistrado que defendió su fe a costa de su vida; un rostro de la Pasión contemplada en Occidente. Aquí está Sergio de Cesarea

El nombre Sergio todavía se usa mucho: a diferencia de otros nombres, no ha decaído.

Pero de manera especial, es popular en tierras rusas.

Uno de los santos rusos que lleva este nombre es, además, el padre del monacato.

Sergio de Cesarea no hace mucho ruido ni revuelo en las historias de los santos

Tenga en cuenta que ni siquiera se menciona en las fuentes orientales (griegas y bizantinas).

Sin embargo, el patetismo occidental, una espiritualidad más carnal, no puede dejar de contemplar, de forma esquemática, tal ejemplo de la Pasión.

Como dicen: ¡somos de sangre latina caliente!

Sergio se convirtió en monje y ermitaño: la fe cristiana en el lugar equivocado

No hay mucha información biográfica históricamente establecida sobre el mártir Sergio de Cesarea, incluso si se tuviera en cuenta la fecha: 304

Ciertamente, su ejemplo sigue siendo actual aunque sea muy remoto si solo echamos una mirada a todas aquellas minorías cristianas duramente perseguidas en todo el mundo (Nigeria, Siria, Arabia Saudí, Armenia…).

¡Fue precisamente el entonces gobernador de Armenia y Capadocia, un tal Sapricio, quien hizo el papel de Pilatos con este nuevo Cristo!

Un pretexto para justificar la ejecución de masas de cristianos: la negativa a adorar a un dios pagano, Júpiter.

Fue lo que le costó la vida.

¿Cómo se produjo el martirio de Sergio?

Ocurrió una señal que Sergio imputó a la voluntad de Dios: las brasas encendidas listas para el sacrificio se apagaron a medida que él se acercaba.

Para los paganos, esto se debió a la ira de Júpiter.

Así fue decapitado.

Según una leyenda, el cuerpo de San Sergio fue alojado en la tumba de una mujer muy devota y luego, venerado, se hicieron reliquias y se llevaron al mundo.

Hoy claramente no quedan signos para la posteridad sino un pequeño recordatorio de cómo se encarna en nuestra vida cotidiana el verdadero camino de la cruz para cada uno de nosotros.

Pensar en cómo se trató a Jesús nos martiriza porque ser verdaderos cristianos no es nada fácil.

Contemplar la cruz y vivirla debe convertirse en un continuo ejercicio de oración.

Hermana Inés Carlone Hijas de María Misioneras