Brasil, agricultura urbana y gestión ecológica de residuos orgánicos: la “Revolución de Baldinhos”

By cristiano antonino On Nov 17, 2022

La “Revolución Baldinhos” es un proyecto socioambiental de agricultura urbana y gestión comunitaria de residuos orgánicos. Es la concienciación de la recogida y transformación de los residuos en abono a través del proceso de compostaje. Lo realizan los jóvenes de la comunidad para mejorar la salud de sus familias

El proyecto Revolución de Baldinhos y Agricultura Urbana alivió el grave problema de contaminación por enfermedades debido a la inadecuada gestión de residuos

A través de la gestión de residuos y el compostaje comunitario, se han reducido las enfermedades, se han desinfectado las calles y se ha fomentado la agricultura urbana y la participación comunitaria.

Las comunidades asistidas viven en áreas periféricas de Florianópolis, donde la migración es muy intensa, concentrando un gran número de familias en situación de pobreza.

Este proceso genera serios problemas tales como – inhabilitación profesional; -desempleo; -bajo nivel de educación; – desnutrición; – desintegración familiar y degradación ambiental.

El trabajo realizado por el proyecto 'Revolución Baldinhos'

La metodología de este trabajo es el resultado de una experiencia de dos años, combinada con la didáctica de los proyectos de extensión, a partir de ciertos métodos indicados por Paulo Freire.

La exclusividad de esta metodología es la participación de los agentes locales desde el momento en que el proyecto se estructura en la recogida, sensibilización y transformación de residuos mediante compostaje.

El proyecto también potencia la autoestima y la autoconfianza de la comunidad (con la difusión de la obra, por ejemplo), mostrando la representatividad de esta obra y de los agentes que la construyen en la sociedad. En definitiva, se busca el empoderamiento social y la autonomía de los agentes.

Otro fundamento es la formación técnica integral de los agentes, que se realiza a través de talleres y encuentros.

Articular estas bases crea una identidad en la gestión de residuos en el barrio, lo que empodera a los vecinos como agentes comunitarios que transmiten la tecnología.

Los hogares participantes reciben baldes tapados para la recolección de residuos orgánicos (los baldes están sellados para evitar el contacto con vectores) y cuando están llenos los llevan a los PEV (Puntos de Entrega Voluntaria), que son favores distribuidos por la comunidad, según las necesidades de cada hogar grupo.

Los PEV con residuos orgánicos se recogen dos veces por semana, con cuatro agentes comunitarios y una carretilla recogiendo los botes.

El destino es la compostera, donde los residuos se depositan en pilas estáticas y se mezclan con la proporción adecuada de paja y serrín, activando el compostaje termofílico.

Finalmente, los bidones se lavan para devolverlos a los VEP.

Para que estos pasos se den de manera sistemática, no puede faltar insumos y agentes capacitados.

Educadores, familias, gestores públicos y trabajadores comunitarios se capacitan a través de talleres de compostaje y agricultura urbana.

Luego del procesamiento de los residuos orgánicos, se produce el abono y se coloca en jardines y patios comunitarios, ubicados en escuelas y pequeños espacios familiares, para la siembra de hortalizas, plantas medicinales y ornamentales.

Este trabajo de siembra se realiza con la ayuda de agentes comunitarios, capacitados por técnicos del Centro de Estudio y Promoción de la Agricultura Grupal (CEPAGRO).

El diferencial de esta metodología es la participación directa y efectiva de la comunidad.

Hoy, este proyecto consolida una forma de trabajo que ha sido perfeccionada en estos dos años por técnicos, jóvenes de la comunidad y socios directos del proyecto.

Resultados alcanzados a través de la “Revolución Baldinhos”

Los beneficios e impactos de este proyecto ocurren a nivel local y global.

A nivel local, 100 familias, aproximadamente 500 personas, cuatro unidades escolares (escuelas y jardines infantiles), aproximadamente 600 personas entre niños y educadores, cuatro instituciones vecinales que atienden a los niños, se benefician directamente con la recolección de residuos orgánicos.

En conjunto, habrá unas 1600 personas directamente beneficiadas.

Los impactos están en la reducción de ratas con la recogida de residuos orgánicos y la posterior producción de fertilizante.

Más o menos 300 toneladas de residuos orgánicos ya se han convertido en fertilizante, produciendo alimentos orgánicos, plantas medicinales y ornamentales, que se utilizan como base para huertos escolares y patios familiares. Indirectamente, todo el distrito de Montecristo, con sus casi 30,000 habitantes, se ha visto beneficiado.