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Sínodo de los Obispos: una mirada hacia un futuro de apertura y acogida

Papa Francisco por una Iglesia abierta y acogedora

El miércoles 04 de octubre de 2023, el Vaticano fue escenario de un acontecimiento que podría marcar el futuro de la Iglesia católica: la apertura del Sínodo de los Obispos, una celebración multitudinaria a la que asistieron más de 25,000 personas, nuevos cardenales y 464 participantes en el Sínodo. incluyendo, en un movimiento histórico, 54 mujeres con derecho a voto. El Papa Francisco, en su homilía, destacó no sólo la importancia espiritual del evento, sino también el imperativo moral de una Iglesia abierta y acogedora.

“No a puertas cerradas”, instó el Santo Padre, destacando un concepto que trasciende la religión y habla de las cuestiones socioculturales de apertura, diálogo y aceptación que están presentes en muchas sociedades modernas. La Iglesia, como la ha señalado el Papa, debe ser un refugio, un lugar que repita a todos: "Venid, vosotros que estáis cansados ​​y oprimidos, venid, vosotros que habéis perdido el camino o os sentís lejanos, venid, vosotros que habéis cerrado el camino". puertas a la esperanza: ¡la Iglesia está aquí para ti! La Iglesia de las puertas abiertas a todos, a todos”.

La inclusión es un tema que impregnó el discurso del Papa, destacando cómo la Iglesia debe ser una entidad "con un yugo suave", que no impone sino que acoge, que no cierra puertas sino que las abre de par en par, especialmente a aquellos que se sienten perdidos o lejos. lejos. En un momento de desafíos culturales y pastorales, la actitud de acogida y apertura sugerida por Francisco se vuelve aún más pertinente.

El Pontífice también subrayó las tentaciones que la Iglesia debe evitar: 'ser una Iglesia rígida, una costumbre, que se arma contra el mundo y mira hacia atrás; ser una Iglesia tibia, que se entrega a las modas del mundo; ser una Iglesia cansada, plegada sobre sí misma'. Estas palabras resuenan no sólo como una advertencia, sino como un desafío para reinventar y regenerar la institución eclesiástica.

En un mundo cada vez más polarizado, donde la espiritualidad y la religión a menudo se utilizan como armas en lugar de herramientas para la unificación y la aceptación, el mensaje del Papa puede verse como un rayo de esperanza. Su visión de una Iglesia que 'se convierta en conversación' se proyecta no sólo internamente, sino que se irradia hacia afuera, invitando a todas las religiones y comunidades a participar en un diálogo abierto y compasivo.

La homilía del Papa también hizo referencia a San Francisco, que se celebra el 4 de octubre, subrayando la dificultad pero también la necesidad del expolio, tanto interior como exterior, de todo y de todos, especialmente de la propia institución eclesial. El Sínodo, por tanto, surge como un tiempo de reflexión y purificación para la Iglesia, un tiempo para recordar que la necesidad de purificación y reparación es continua e indispensable para mantener la santidad y la integridad de la institución.

Sin embargo, mientras la Iglesia mira hacia el futuro, también es crucial que las palabras del Papa no sean sólo declaraciones elocuentes, sino que se conviertan en acciones concretas y transformaciones tangibles dentro de la Iglesia. En una época en la que las palabras a menudo se pierden en el torbellino de información constante, los hechos tienen un peso significativo. Y será a través de actos de auténtica acogida, diálogo e inclusión que la visión del Papa de una Iglesia abierta y acogedora podrá verdaderamente tomar forma y sustancia.

El Sínodo de los Obispos de 2023 no será sólo un evento aislado dentro de la comunidad católica, sino un momento que, si se guía por las palabras del Papa Francisco, puede desatar una ola de diálogo, comprensión e inclusión en la comunidad global, generando una mensaje de amor y aceptación universal.

Imagen

Agencia DIRE

Fuente

Cielo TG24

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