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Mensaje de Su Santidad para la Cuaresma 2024

El Papa Francisco lanza su mensaje para la Cuaresma 2024: “La Cuaresma es tiempo de conversión y libertad."

El Papa Francisco extiende una invitación a los creyentes a tomarse un momento y dedicarse a la oración, así como a echar una mano a los necesitados. El propósito detrás de este llamado es lograr una transformación en nuestras propias vidas y dentro de nuestras comunidades.

tiempo de libertad

En su Mensaje a los fieles para la Cuaresma de 2024, el Papa Francisco expresa que cada vez que Dios se revela, su mensaje enfatiza constantemente la libertad. Inspirándose en el Éxodo de los hebreos de Egipto, el Santo Padre destaca que nuestro camino personal a través de los desafíos de la vida puede ser un período de gracia. Este viaje no es un concepto abstracto sino más bien un camino tangible que requiere que reconozcamos la realidad del mundo que nos rodea y escuchemos los gritos de nuestros hermanos y hermanas marginados.

El Papa enfatiza fuertemente la importancia de contrarrestar la “globalización de la indiferencia”. Nos insta a reconocer que incluso hoy seguimos bajo la influencia de un “faraón” metafórico, una regla que nos deja desilusionados y apáticos. Este modelo de crecimiento perpetúa la división y nos priva de un futuro prometedor.

Al mismo tiempo, el Papa Francisco nos recuerda que es Dios quien inicia el cambio. Reconoce que dentro de nosotros hay a menudo un deseo inexplicable de esclavitud, una tendencia a aferrarnos a ídolos que nos inmovilizan, similar a la difícil situación de Israel en el desierto.

Tiempo de acción

Sin embargo, la Cuaresma nos presenta una oportunidad de crecimiento y transformación personal. Es un tiempo de gracia y un tiempo de conversión. El desierto se convierte en un espacio donde podemos ejercer nuestra libertad y tomar la decisión deliberada de liberarnos de las cadenas de la esclavitud. Es el lugar donde adoptamos nuevos principios de justicia y formamos una comunidad que se embarca juntos en un camino inexplorado.

El Papa subraya que el camino cuaresmal no está exento de luchas. Implica tomar acción, pero también es crucial hacer una pausa: hacer una pausa en oración y hacer una pausa en presencia de aquellos que están sufriendo. El Papa Francisco reitera que el amor a Dios y el amor al prójimo son uno y el mismo. El aspecto contemplativo de la Cuaresma nos permite aprovechar nuevas energías y desarrollar una mayor sensibilidad unos hacia los otros. Empezamos a ver compañeros y compañeras de viaje en lugar de amenazas y enemigos.

Para concluir, el Papa Francisco nos deja un mensaje de esperanza. Él imagina que si esta Cuaresma se convierte en un tiempo de conversión personal, el mundo será testigo de una oleada de creatividad, un rayo de nueva esperanza. Alienta a los creyentes a estar dispuestos a correr riesgos y a percibir nuestro mundo no como uno en sus momentos finales sino como uno en medio de una profunda transformación, un nuevo capítulo en la narrativa de la historia. La fe y la caridad, como una mano cariñosa que guía a un niño, brindan esperanza. Nos enseñan a caminar hacia adelante, siendo al mismo tiempo guiados por ese mismo niño.

El Papa Francisco extiende una invitación a los creyentes a tomarse un momento y dedicarse a la oración, así como a echar una mano a los necesitados. El propósito detrás de este llamado es lograr una transformación en nuestras propias vidas y dentro de nuestras comunidades.

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