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Santo del día para el 5 de febrero: Santa Águeda

La historia de Santa Águeda nos guía para discernir el consejo evangélico de castidad y virginidad: profundicemos en ella

Es cierto: apenas despierta interés ahondar en la vida y obra de mujeres que parecen tan alejadas de las de nuestras generaciones.

Santa Águeda, según cuenta la historia, vivió en los remotos años 250. ¡Nada mal!

Sin embargo, hay muchos puntos de contacto entre las realidades sociales del mundo femenino, aunque hayan pasado siglos enteros.

Tratemos, pues, de esbozar una Santa Águeda cosmopolita, moderna: una mujer, en definitiva, de la Generación X, nuestra generación.

El voto de virginidad: la elección de consagración de Santa Águeda

El Dicasterio para la Vida Consagrada buscó, a través de la colaboración y participación de toda la Iglesia de Dios, reformular los llamados 'votos'.

En concreto, se ha optado por un nuevo término en lugar de 'votos' con una notable diferencia de matiz semántico: consejo evangélico.

El consejo evangélico es una norma de conducta que se deduce de la lectura e interpretación de la Buena Noticia.

En la medida en que uno se distingue por su estilo de vida característico, por las reglas del mundo, entonces elige su propia manera de 'separarse' de los demás (destacar), consagrarse, entrar en la vida consagrada.

Así es como Santa Águeda, santa siciliana, eligió el camino de la Virginidad

¿Cuál es la diferencia entre Castidad y Virginidad Consagrada dentro de los consejos evangélicos?

No hay una diferencia real.

Sin embargo, la virginidad, comparada con la castidad, es un concepto más amplio, ya que siempre se puede volver a una virginidad interior.

El amor virginal es todo lo casto que puede ser, dado que:

– si estuviera impedida por el deseo de poseer, se convertiría en renuncia, educando el corazón (la castidad del tener)

– si le faltara el sentido del pudor, la reconversión habría requerido una nueva pureza bautismal. (la castidad del ser)

– si no tuviera prudencia en la mirada ni en las palabras, se defendería de los ataques del maligno guardando sus sentidos (la Castidad del sentimiento)

Santa Águeda del 250 eligió la virginidad consagrada porque, desde el principio, eligió.

Santa Águeda de 2023, por otro lado, vive en un mundo crítico y acelerado donde uno no siempre tiene la opción, uno no siempre lo hace a tiempo.

Pero puedes compensarlo: siempre puedes volver atrás de tus errores, cambiar tus caminos, seguir tu corazón.

Se vuelve a ser virgen: la génesis de la creación es también la génesis de la re-creación a partir de nosotros sobre todo.

Comprenderéis que la Castidad, así como la Virginidad, pueden vivirse, aunque de manera diferente, en la vida conyugal.

¡No es sólo una cuestión de elecciones religiosas!

Del Martirio de Santa Águeda he aquí lo que se dice

Los primeros mártires sufrieron violentas torturas.

Hoy es fácil decir que el mártir es el que da testimonio.

Ayer, en cambio, el mártir era el que moría con el crucificado, en el crucificado y por el crucificado.

Santa Águeda rechazó a sus pretendientes y fue condenada a morir sobre brasas.

La creencia popular dice que este santo siciliano es el protector contra las erupciones volcánicas.

¡Educémonos con el ejemplo de Santa Águeda!

Educare (ex-ducere) es un término que significa 'ayudar a producir'.

La Epifanía, la manifestación, el anuncio comienzan a vislumbrarse en un motivo que ya no quiere existir.

Y así empezamos a experimentar nuevas emociones, por caminos quizás antiguos, pero nunca viejos.

La educación también sabe tirar los dados porque está dispuesta a no contar más con lo que ya no nos enseña.

Esa llama que brilla en Santa Águeda es nuestro destello de luz porque nunca habrá una repetición cegadora e interminable de luminiscencia y verdad.

Siempre hay un retorno único y especial a nuestra naturaleza de mujeres y hombres que a veces podrán redescubrir el encanto puro de una razón inquieta, de un mundo paranoico, insolente e imperfecto.

Y así, reconciliados con la maldad de lo humano, ganamos, que no es poca cosa, la capacidad de desafiar nuestra amargura.

Pero no nos dejemos robar la esperanza de que el mundo pueda ser verdaderamente diferente.

Y con el corazón, los ojos, la boca de santa Águeda, intentemos recorrer el camino cristiano de la castidad y la virginidad consagrada.

¡Feliz domingo!

Hermana Inés Carlone Hijas de María Misioneras

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Fuente

Sitio oficial de la Santa Sede

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