María Pía Bertolucci una mujer que marcó la diferencia
amor caritativo
Nacida en Capannori (LU) el 2 de marzo de 1961, fue una figura destacada en la escena de Lucca y más allá. Era conocida en todo el país y en el extranjero por su compromiso con el trabajo voluntario, la política, la cultura y el turismo. María Pia Bertolucci falleció prematuramente el 20 de febrero de 2019 tras una larga enfermedad, pero es notable cómo su memoria no se ha apagado ni ha perdido intensidad a pesar del paso de los años.
María Pía era una mujer enamorada de Jesús. Su fe fue inagotable, incluso durante la prueba física que pasó con su enfermedad. No perdió oportunidad de dar a conocer el Evangelio y fue auténtico testimonio de él a través de sus obras. El espíritu, la tenacidad y el amor caritativo que expresó en cada una de sus obras la convirtieron en un ejemplo creíble incluso a los ojos de los más jóvenes y desconfiados. Dedicó su vida y sus talentos a los últimos, a los pobres, a los olvidados. Nunca eludió una petición de ayuda que tanta gente de la comunidad le hacía, conscientes de su destacada posición en la sociedad.
Voluntariado
Desde muy joven comenzó su andadura en el mundo del voluntariado, primero en la Cruz Roja Italiana, luego con la 'temporada de los Convenios sobre el Voluntariado' junto a personalidades importantes de las universidades, fundaciones y el mundo político, entre ellas María Eletta Martini y Giuseppe Bicocchi, con quienes trabajó en la ley 266 que regula las relaciones entre el voluntariado y las instituciones públicas. Durante muchos años desempeñó funciones importantes en el Movimiento Nacional de la Misericordia, fue Consejera Nacional desde 2012 y Tesorera Nacional de la Misericordia de 2012 a 2017. Primero fue miembro del Magistrado y luego Gobernadora de la Misericordia di Capannori (LU ) desde 1999.
Politica
María Pía también se ha distinguido por su implicación en la política tanto a nivel municipal como regional. De 1995 a 2000 fue Consejera Regional para Toscana, ocupándose principalmente de cuestiones sociales y sanitarias. Se desempeñó como vicealcaldesa del municipio de Capannori (LU) y fue candidata a alcaldesa en las elecciones municipales de 2014.
María Pía todavía entendía la política como un espacio habitado orientado al bien común donde podían coexistir la solidaridad y las instituciones públicas.
Turismo
Fue la primera mujer presidenta del Centro Turístico Giovanile (CTG). Su visión de futuro dio un impulso particular al desarrollo del turismo social y sostenible en Italia, que consideraba una ocasión para el crecimiento personal de cada persona y una oportunidad que todos podían aprovechar (turismo inclusivo).
Cultura
Pocas personas saben que María Pía también era periodista registrada. Creó y gestionó la Cooperativa Social para el Complejo Museístico de la Catedral de San Martino, el proyecto multimedia del Punto de Entrada Francigena y diversas colaboraciones al servicio de la promoción y valorización de los bienes de la ciudad de Lucca.
Fe
Hay un aspecto que unía las muchas actividades de María Pía: su fe. Una fe firme, tangible e inquebrantable que inevitablemente abrumaba a cualquiera que la conocía. La oración constante, la llamada a la Palabra, le permitió vivir con serenidad incluso los años duros de la enfermedad, con confianza ilimitada y abandono a la voluntad del Señor. Ella expresó tal fuerza que sólo podía llegar a ella desde lo alto. Ella fue convincente al afirmar sus valores. Sus obras, que atraían a muchos, siempre olían al Espíritu Santo.
Durante el funeral que tuvo lugar el 23 de febrero de 2019 en la catedral de San Martino en Lucca, el entonces arzobispo Italo Castellani la llamó la "peregrina de la vida" para subrayar una figura que permanecería viva y presente incluso después de la muerte. Y este fue efectivamente el caso.
El 22 de marzo de 2019, en la homilía de la misa en su memoria celebrada en la basílica de San Pedro de Roma, monseñor Guido Lucchiari recordó a María Pía como la "santa de al lado".
La Experiencia
Quienes conocieron de cerca a María Pia Bertolucci seguramente la recordarán por su generosidad. Practicó una caridad constante y silenciosa que, sin embargo, supo hacer ruido porque tocó la vida de muchos.
Mi colaboración con ella comenzó inmediatamente después de mi segundo viaje misionero. Quería conocerme y presentarme las múltiples realidades que coordinaba a diferentes niveles: el Museo de la Catedral, la escuela infantil, el bed and breakfast y la Misericordia de Capannori. A partir de ese momento tuve la suerte de trabajar para ella y con ella hasta el día de su muerte. Dio espacio y atención a muchas ideas y proyectos que me entusiasmaban, intentando con su experiencia realizarlos. Mi tiempo con María Pía fue una verdadera escuela de vida, nunca banal, nunca dada por sentado, pero siempre rica en conocimiento, sentido espiritual y previsión.
La vida de María Pía fue un gran regalo para todos, y queda su memoria, su ejemplo y los estímulos nuevos y positivos que dejó. Un recuerdo que atesoro con mucho cariño.
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