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Misión de paz en África Central: un llamado a poner fin al conflicto en la República Democrática del Congo

Los obispos centroafricanos unen fuerzas para la resolución del conflicto en la República Democrática del Congo

En el corazón de África, una crisis duradera continúa afectando a las naciones de la República Democrática del Congo (RDC), Ruanda y Burundi. Este conflicto, arraigado en décadas de tensión y violencia, ha atraído la atención y la intervención de figuras religiosas influyentes en la región. Recientemente, los obispos de estas naciones se unieron en un llamado común a la paz, enfatizando la urgente necesidad de resolver un conflicto que ya se ha cobrado millones de vidas.

Una Asamblea por la Paz

En una conferencia de prensa en Goma, al este de la República Democrática del Congo, el obispo de Idiofa y presidente de la Asociación de las Conferencias Episcopales de África Central (ACEAC), José Moko, destacó el horror del conflicto, citando un número de muertos de entre cinco y 12 millones. La ACEAC, que reúne a las Conferencias Episcopales de Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo, se reunió en esta ciudad asolada por la guerra para discutir y promover iniciativas de paz.

Reuniones para el cambio

La misión de los obispos no se limitó a discursos y oraciones; se reunieron activamente con autoridades regionales e incluso con miembros del movimiento rebelde M23. Estas reuniones tienen como objetivo establecer un diálogo constructivo y encontrar una solución pacífica al conflicto, que recientemente ha visto una escalada de violencia, con decenas de muertos y miles de desplazados.

La crisis prolongada

El conflicto en el este de la República Democrática del Congo dura más de 30 años y se intensificó a finales de 2021. Esta región, en particular los territorios de Rutshuru y Masisi en Kivu del Norte, se ha convertido en un campo de batalla entre la rebelión del M23, respaldada por el ejército ruandés. , y las Fuerzas Armadas Congolesas (FARDC), apoyadas por grupos armados aliados de Burundi y mercenarios extranjeros. Esta compleja situación requiere una solución holística que aborde a todas las partes involucradas.

Un mensaje de esperanza y crítica

Durante la misa por la paz celebrada el 28 de enero, a la que asistieron miles de fieles, el cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa, pronunció un mensaje contundente. Criticó a los líderes de las naciones involucradas por incitar a la división y el conflicto, sugiriendo que algunos pueden tener intereses creados en la continuación de las hostilidades.

El camino a la paz

El papel de los obispos en este escenario va más allá de la mera denuncia; es un intento activo de mediar y facilitar el diálogo entre las partes. ACEAC, con su persistente compromiso con la paz, busca actuar como puente entre los distintos actores del conflicto, enfatizando la importancia de misericordia y comprensión mutua.

La situación en la República Democrática del Congo y los países vecinos requiere atención internacional continua y acciones concretas para la resolución del conflicto. El llamamiento de los obispos congoleños, ruandeses y burundeses no es sólo un grito de ayuda, sino también un recordatorio de la capacidad de la humanidad para superar las divisiones mediante la comprensión, la misericordia y un compromiso compartido por la paz. Su misión no es sólo un deber religioso, sino una profunda expresión de humanidad y solidaridad con todos aquellos que sufren a causa de este prolongado conflicto.

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