El llamado de los Redentoristas a la paz en Haití en medio de una violencia sin precedentes
Levantándose por encima de la tormenta: en medio del caos y la desesperación, un llamado a la unidad y la acción para rescatar a Haití
En los conmovedores paisajes de Haití, un país famoso por su vibrante cultura y su espíritu resiliente, recientemente se ha proyectado una sombra de violencia sin precedentes, lo que ha encendido un ferviente pedido de paz y estabilidad. El padre Renold Antoine, un dedicado misionero redentorista (CSsR) en Haití, se hace eco de las voces de muchos al instar a orar para sofocar el aumento de la violencia que los grupos criminales han desatado en todo el país.
Esta protesta se produce a raíz de una nueva ola de violencia que se ha apoderado de la isla tras la cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM) en Georgetown, Guyana. El anuncio del primer ministro Ariel Henry de elecciones previstas para el 31 de agosto de 2025 provocó una reacción alarmante por parte de los grupos armados que controlan la capital haitiana y sus alrededores. Estos grupos, que alguna vez fueron rivales, ahora han forjado una alianza con una demanda unificada de la renuncia del Primer Ministro, sumiendo a la nación en el caos.
El informe del misionero pinta un panorama sombrío del estado actual de Haití. Las comisarías, subestaciones de policía e incluso el aeropuerto internacional Toussaint Louverture se han convertido en blanco de la violencia de las pandillas. Instituciones esenciales como escuelas, hospitales, orfanatos y bancos comerciales han sido saqueadas, dejando a la población civil en un estado de terror. Miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, buscando refugio en campos en condiciones inhumanas, mientras las instituciones republicanas del país permanecían paralizadas y las prisiones principales de la capital han sido tomadas por forajidos, lo que ha facilitado fugas masivas de notorios pandilleros.
Para agravar la agitación, el secuestro de tres monjas de la Congregación de las Hermanas de San José de Cluny el 5 de marzo pone de relieve el deterioro de la situación de seguridad. Este evento siguió al Día Nacional de Oración el 24 de enero, en el que se pidió la liberación de todos los secuestrados y se destacó la extrema necesidad de intervención.
El padre Renold atribuye la escalada de violencia a la terquedad e incompetencia de los poderes políticos, cuya inacción no sólo ha perpetuado la anarquía sino que también ha empeorado la pobreza y los problemas de salud en un país que ya luchaba por ser el más pobre del hemisferio occidental.
Los Redentoristas, en respuesta a esta crisis, hacen un llamado sincero a los líderes políticos, tanto en el poder como en la oposición, para que tomen las medidas necesarias para detener la violencia y encontrar una solución duradera para sacar al país de esta terrible situación. Instan a la comunidad internacional a tomar medidas frente a esta grave crisis e instan a personas de todo el mundo a levantarse contra las atrocidades que se están cometiendo contra el pueblo haitiano. En un poderoso llamado a la acción, enfatizan la importancia de rechazar la complicidad en estos actos de maldad y, en cambio, abrazar una responsabilidad colectiva para mejorar el bienestar de la nación.
El mensaje de Haití es claro: es hora de decir “NO” al status quo y “SÍ” a la vida, el progreso, el bienestar colectivo, la paz y la seguridad para todos. Este llamado a la acción no es sólo para los haitianos sino para que la comunidad global se una en apoyo de una nación que anhela un cambio. El llamamiento de los Redentoristas es un recordatorio de nuestra humanidad compartida y del poder de la acción colectiva para superar incluso los desafíos más abrumadores. Haití, una tierra de libertad y resiliencia, nos llama a unir fuerzas en solidaridad para reescribir su historia, una en la que la paz y la prosperidad reine de manera suprema para todos los ciudadanos.