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Beata María Dominica Brun Barbantini

Beata María Domenica Brun Barbantini: un faro eterno de compasión y solidaridad, que da forma al futuro a través del amor y el servicio

Como todos los santos y santos hombres y mujeres de todas las edades, la Beata María Domenica Brun Barbantini arroja una luz única en nuestro camino como Ángel de Consolación. Su espíritu ha consolado a tanta gente. Llamada a ser luz que narre la belleza de Dios en el momento de la enfermedad y de la curación, iluminó con su presencia la noche del sufrimiento.

Su vida es una obra maestra, una imagen de cada mujer que expresa el rostro de la entrega y el auténtico espíritu colaborativo para construir la sociedad del mañana.

Nacida y vivida en Lucca en el siglo XIX, la figura de la Beata María Dominica es de extraordinaria relevancia: vivió todos los estados de la vida como un don de lo alto guiada por el hilo rojo del amor a Dios y a la humanidad.

Con su genio femenino, su capacidad de entusiasmar, desafiar los prejuicios e implicarse solidariamente con los que sufren, construyó la comunidad humana en la Iglesia local de su tiempo, animada por el coraje, el espíritu de comunión y la compasión.

On 23 de enero de 1829, María Domenica Brun Barbantini Inició la primera comunidad de las “Hermanas Enfermeras Oblatas”. Pobres y con poca salud, pero ricas en celo y amor a Cristo, la Fundadora y las primeras hermanas realizaban prodigios de caridad junto a los enfermos y moribundos, en viviendas pobres, donde también los moribundos yacían solos y abandonados.

Las Hermanas Ministras de los Enfermos de San Camilo, son mujeres consagradas a Dios que, siguiendo el carisma de María Domingo, se dedicaron totalmente al servicio de los que sufren, los enfermos y los moribundos en quienes vieron el rostro de Jesús: “ estuve enferma y me visitasteis… a mí me lo hicisteis” (Mt. 25, 36) según la instrucción de la fundadora: “visitar, asistir, servir a un Dios humanizado, agonizando en el huerto o expirando en la cruz .” Siguiendo el ejemplo de la Virgen María al pie de la cruz, con su vida y sus obras testimoniaron al mundo la caridad misericordiosa, la compasión y la ternura del Padre hacia cada una de sus criaturas.

Las Hijas de María Domingo permanecieron, durante mucho tiempo, para expresar su ministerio, en el territorio de la ciudad y provincia de Lucca, pero con la Aprobación pontificia, obtenido el 1 de diciembre de 1929, pudieron expandirse en Italia y en el extranjero.

Deseo que todas las mujeres conozcan la figura de la beata María Dominica y se conviertan como ella en la Iglesia y en el mundo en protagonistas de la promoción de la cultura de la vida y mensajeras de la salvación.

¡Feliz día de la mujer!

Señor Edvige

Suore Ministre degli Infermi

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  • Sr. Edvige

Fuentes

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