Una vida dedicada a los demás: el padre Ambrosoli, médico y misionero, será beatificado el 20 de noviembre
El padre Giuseppe Ambrosoli, misionero comboniano y médico, dedicó su vida a Uganda, país donde residen sus restos
Médico y misionero, don Giuseppe Ambrosoli, proclamado beato el 20 de noviembre
Originario de Como y perteneciente a la familia de la empresa de miel del mismo nombre (su padre fue uno de los fundadores), el padre Giuseppe Ambrosoli se unió a los misioneros combonianos con solo 26 años, en 1949.
Fue ordenado sacerdote el mismo año por el obispo de Milán, Giovanni Battista Montini, quien más tarde se convertiría en el Papa Pablo VI.
En 1956 se embarcó rumbo a África, con destino a Kalongo, un pueblo del norte de Uganda.
Es el lugar de su apostolado y de su misión como médico: allí fundará un hospital que con los años se hará grande.
Allí formará médicos y enfermeras, y curará a miles de personas.
Los lugareños lo apodarán Ajwaka Madid, el 'médico brujo blanco'. Todos los demás lo llamarán el 'doctor de la caridad'.
Su entrega sin reservas se hizo patente en el momento más dramático: el 13 de febrero de 1987, en plena guerra civil que azotaba el norte de Uganda, el padre Joseph se vio obligado por orden militar a evacuar el hospital en apenas 24 horas.
En esa dramática situación, sus compañeros de trabajo le escucharon decir: 'Lo que Dios pide nunca está de más'.
Después de rescatar al personal médico y a los enfermos en Lira, el padre Joseph Ambrosoli también logró salvar la escuela de partería
Pero este esfuerzo minó irremediablemente su ya precaria salud: el 27 de marzo de 1987, apenas 44 días después de la evacuación del hospital, murió de insuficiencia renal, minutos antes de que llegara el helicóptero enviado desde Kampala para rescatarlo. Descansa en Kalongo junto al hospital que lleva su nombre.
Por su intercesión se realizó el milagro requerido para la beatificación.
Lucia Lomokol, una mujer ugandesa de 20 años, estuvo a punto de morir de septicemia el 25 de octubre de 2008, después de perder al hijo que estaba esperando.
Había llegado demasiado tarde al hospital, por lo que uno de los médicos, al ver que no era posible ningún tratamiento, colocó la imagen del Padre José debajo de su almohada, invitando a su familia a invocar al 'gran doctor'.
La mujer se recuperó de una manera científicamente inexplicable.
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