¿Qué se necesita para ser monja?

By cristiano antonino On 19 de mayo de 2023

El camino que lleva a hacerse monja: los conventos son instituciones religiosas independientes y cada una de las órdenes monásticas tiene sus propias normas en cuanto al ingreso y el tiempo de formación de las nuevas vocaciones

La vida comunitaria es una característica fundamental y la base de toda orden monástica.

¿Alguna vez has tenido curiosidad acerca de lo que se necesita o lo que tienes que hacer para entrar en un monasterio?

Hay una serie de pasos necesarios que deben conocerse de antemano.

La meta de una mujer que decide ingresar a un convento es vivir una vida dedicada a Dios en comunidad.

Para ello, se deben cumplir ciertos requisitos.

Por lo general -entonces cada orden tiene sus particularidades- lo normal es que la aspirante a monja tenga entre 18 y 25 años.

Esto se debe a que el objetivo es vivir la vida monástica y debes estar en una edad en la que puedas decidir libremente sobre este cambio de vida.

Como en el pasado, no se permiten menores de edad.

El solicitante también debe estar en posesión de un certificado de buena salud emitido por un médico.

Esto puede sonar extraño, pero es muy necesario, ya que la vida en el claustro es dura.

Las monjas se levantan muy temprano, apenas encienden la calefacción por falta de dinero a veces y trabajan duro para mantener el convento.

En segundo lugar, la persona debe tener una profunda fe y convicción religiosa y un deseo de vivir una vida dedicada a Dios.

Debes tener un conocimiento de la doctrina cristiana para que puedas comprender los principios y valores de la vida monástica.

En tercer lugar, existen otros requisitos, como el visto bueno de la autoridad religiosa correspondiente, lo que significa que para poder entrar hay que estar aprobado por la representación religiosa del monasterio.

El candidato debe estar dispuesto a vivir una vida de oración, trabajo y estudio.

¿Qué hay que hacer para entrar en el convento?

El ingreso a un convento requiere compromiso y dedicación por parte de la persona que desea ingresar.

Normalmente, el proceso de admisión comienza con un discernimiento vocacional.

Esto implica que una persona debe evaluar y explorar su deseo de unirse a la comunidad religiosa.

Una vez que se ha tomado la decisión de ingresar al convento, se contacta a la comunidad para obtener más información.

Esto generalmente implica una entrevista con el superior de la comunidad para comprender mejor las expectativas de la aspirante a monja y cómo pueden comprometerse con ellas.

Después de la entrevista, se invita a los postulantes a iniciar un período de discernimiento, que dura de seis meses a un año, según las distintas órdenes.

Durante este período, los candidatos tienen la oportunidad de vivir y trabajar dentro de la comunidad para decidir si este es el camino que realmente quieren para sus vidas.

Al final del período de discernimiento, se evalúa la vocación del postulante. Si es aceptado, pasará a la siguiente etapa de preparación para la vida religiosa.

Esto puede incluir cursos de formación, así como tiempo de reflexión y meditación sobre la fe.

Una vez completada la preparación, el postulante puede hacer votos temporales, ingresando oficialmente a la comunidad y comprometiéndose a vivir una vida religiosa.