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Santo del día 19 de marzo: San José

San José: Guardián del Redentor y modelo de fidelidad y virtud

Nombre

St. Joseph

Título

Novio de la Santísima Virgen María

un

1er centavo. a.C., Belén

Muerte

Siglo I d.C., Nazaret

Reaparición

19 marzo

Martirologio

2004 edición

 

Orar

A ti, oh bienaventurado José, angustiado por la tribulación, nos dirigimos e invocamos confiadamente tu patrocinio, junto con el de tu santísima Esposa. ¡Dios! Por ese sagrado vínculo de caridad que te unió a la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y por el amor paternal que tuviste al niño Jesús, mira, te suplicamos, con ojos benignos, la querida herencia que Jesucristo compró. con su sangre, y por tu poder y ayuda a socorrer nuestras necesidades. Protege, oh providente Custodio de la divina Familia, a la descendencia elegida de Jesucristo; destierra de nosotros, oh Padre amado, la plaga de errores y vicios que corrompe el mundo; asídanos propiciamente desde el cielo en esta lucha contra el poder de las tinieblas, oh nuestro más fuerte protector; y como una vez salvaste de la muerte la vida amenazada del niño Jesús, así defiende ahora a la santa Iglesia de Dios de las trampas hostiles y de toda adversidad; y extiende tu patrocinio sobre cada uno de nosotros para siempre, para que con tu ejemplo y a través de tu socorro podamos vivir virtuosamente, morir piadosamente y alcanzar la bienaventuranza eterna en el cielo. Amén.

Patrono de

San Martino sulla Marrucina, Castelvecchio Calvisio, Rocca Pia, Nova Siri, Bella, Nicotera, Santa Maria del Cedro, Gimigliano, Molochio, San Sosti, Scigliano, Santa Domenica Talao, Ferruzzano, Pazzano, San Giuseppe Vesuviano, Calabritto, Fontegreca, Pieve di Cento, Castell Arquato, Jolanda di Savoia, Farini, Pellegrino Parmense, Corte Brugnatella, Treppo Grande, Taipana, Dolegna del Collio, Ladispoli, Fonte Nuova, Santa Marinella, Monte Compatri, Sermoneta, La Spezia, Dalmine, Grosio, Cassina Rizzardi, Pognano , Filighera, Forcola, Piadena Drizzona, Montecassiano, Castelplanio, Carpinone, Torino, Samone, Valstrona, Grosso, Rassa, Capurso, Sannicandro di Bari, San Marzano di San Giuseppe, Faggiano, Valledoria, Golfo Aranci, Bagheria, Villabate, Sant'Agata di Militello, Casteldaccia, Randazzo, Ramacca, Santa Croce Camerina, Fiumefreddo di Sicilia, Santa Maria di Licodia, Mirabella Imbaccari, Spadafora, Piraino, Mazzarrone, Cattolica Eraclea, Nizza di Sicilia, Villafrati, Raddusa, Milena, Nissoria, Mezzojuso, Letojanni, Oliveri, Villalba, Salaparuta, Montedoro, Roccamena, Campofiorito, Godrano, Cassaro, Campofelice di Fitalia, Cecina, Lagundo, Salorno, Samone, Altopiano della Vigolana, Orvieto, Montegabbione, Venezia, Cassola, Piombino Dese, Zanè, Vidor, Lozzo Atestino, Monte di Malo, Gaiba

Protector

Carpinteros, de ecónomos, carpinteros, obreros, moribundos, padres, abogados

martirologio romano

En Judea es cuna de San José, Esposo de la Bienaventurada Virgen María, Confesor, quien por el Sumo Pontífice Pío Noveno, según los votos y oraciones de todo el Orbe Católico, fue declarado Patrono de la Iglesia Universal.

 

 

El santo y la misión

San José, en su presencia humilde pero profundamente significativa en los Evangelios, encarna el corazón mismo de la misión cristiana a través de la dedicación silenciosa a la voluntad de Dios y al servicio de la Sagrada Familia. Su vida, aunque a menudo eclipsada por las figuras más llamativas del Nuevo Testamento, ofrece un modelo inestimable de obediencia, humildad y fe incondicional que se traduce en acciones concretas por el bien de los demás. La misión de San José tiene lugar en una vida diaria que desafía nuestras concepciones de grandeza y éxito. No encontramos en él discursos memorables ni milagros espectaculares; en cambio, su grandeza se revela en la aceptación silenciosa de su papel de guardián del Mesías y de devoto esposo de María. Esta aceptación no es pasiva, sino que requiere un coraje y una fortaleza de ánimo excepcionales: decide proteger y apoyar a María ante un embarazo milagroso que podría haberla expuesto al desprecio social e incluso a la muerte. La misión de José también se manifiesta en su pronta respuesta a las directivas divinas, recibidas a través de sueños, que lo llevan a huir a Egipto para salvar a Jesús de la furia asesina de Herodes. Esta obediencia proactiva resalta una característica esencial de la misión cristiana: escuchar atentamente y responder con confianza a la guía de Dios, incluso cuando conduce por caminos inesperados o difíciles. En José también vemos el valor de la paternidad espiritual, elemento clave de la misión cristiana. A través de su ejemplo de vida, de trabajo y de fe, educa a Jesús no sólo en los modos prácticos de vida, sino también en los valores profundos que subyacen a una verdadera relación con Dios y con los demás. Su figura representa la importancia de transmitir la fe a través del ejemplo, enfatizando que la misión se realiza no sólo con palabras sino siendo testigos vivos de los valores del Evangelio. San José nos enseña que la misión se puede vivir de manera profundamente significativa incluso lejos de los focos, en el silencio y en la escondite, mediante la fidelidad diaria a los compromisos asumidos ante Dios y ante los demás. Su vida es un recordatorio de que cada acto de amor, cada decisión tomada por el bien de los demás, cada paso dado en obediencia a Dios, contribuye a la realización del reino de Dios en esta tierra. La misión de San José nos invita a reconocer el valor y el poder de la humildad, la fe y el servicio silencioso. Nos recuerda que la santidad se alcanza no sólo a través de gestos extraordinarios, sino también a través de la dedicación fiel a las responsabilidades diarias, viendo en ellas la oportunidad de servir a Dios y contribuir al bien mayor de la comunidad humana. San José es un faro para todos los que buscan vivir una vida de auténtica misión cristiana, mostrándonos que el verdadero impacto no se mide por la visibilidad de nuestras acciones, sino por la profundidad de nuestra fe y amor.

El Santo y la Misericordia

San José, en la tradición cristiana, es venerado como guardián silencioso del Redentor y como modelo de virtud, en particular de fidelidad, humildad y misericordia. Su vida, aunque contada en unas pocas líneas en los Evangelios, ofrece un testimonio profundo de cómo se puede experimentar la misericordia a través de la acogida, la protección y el apoyo discreto y constante hacia aquellos que nos han sido confiados. La misericordia de San José se manifiesta ante todo en su aceptación incondicional de María y de su concepción virginal. Ante una situación que podría haber generado malentendidos y juicios, José elige responder con confianza y amor, ejemplificando la misericordia como la bienvenida a los demás, a pesar de circunstancias misteriosas o difíciles. Esta elección de creer en el ángel del Señor y tomar a María como esposa revela una profundidad de carácter y una capacidad de ver más allá de las apariencias, confiando en la divina providencia. Además, la figura de José como padre adoptivo de Jesús subraya su papel de guardián y protector. Su prontitud al rescatar a la Sagrada Familia huyendo a Egipto para escapar de la persecución de Herodes es un acto de misericordia que va más allá del deber, mostrando un compromiso total con la seguridad y el bienestar de María y el niño Jesús. Su vida está marcada por una serie de acciones discretas pero poderosas, que resaltan cómo la misericordia puede expresarse a través del cuidado diario y el sacrificio personal. San José también representa la misericordia a través de su trabajo y su ética. Como artesano, José le enseñó a Jesús no sólo un oficio, sino también el valor del trabajo realizado con integridad y dedicación. Este aspecto de su vida refleja la misericordia como dignidad en el trabajo y como medio para sostener y nutrir a la propia familia y, por extensión, a la comunidad. Su silencio y humildad, lejos de ser signos de pasividad, son expresiones de una fuerza interior y de una profunda confianza en la voluntad de Dios. La devoción a San José a lo largo de los siglos ha enfatizado su papel de intercesor y guía para quienes buscan vivir una vida de fe auténtica y servicio amoroso a los demás. Su capacidad para ejercer la misericordia de maneras tan variadas como significativas lo convierte en un modelo para todos los cristianos que desean encarnar el amor y la compasión de Cristo en sus vidas. San José nos enseña que la misericordia es una virtud que se manifiesta en las acciones diarias, en el apoyo silencioso y constante a quienes nos han sido confiados y en la confianza incondicional en la guía de Dios. Su vida es una invitación a reflexionar sobre cómo podemos ser instrumentos de misericordia en nuestras familias, en nuestras comunidades y en el mundo, siguiendo su ejemplo de fidelidad, humildad y amor generoso.

Hagiografía

San José, el más grande de los santos que la Iglesia venera después de la Santísima Virgen, era de linaje real pero caído. Su vida sublime permaneció oculta y desconocida: ningún historiador escribió sus memorias, pero de su santidad tenemos los más bellos testimonios de la Sagrada Escritura. Dios en sus designios arcanos había destinado a José a ser el sustentador del Salvador Jesucristo, y el esposo y…

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Fuente e Imágenes

SantoDelGiorno.it

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